Presentación de Pierre Gonnord en PHBK2 realizada por Eduardo Pérez.
Entrevista realizada por SINGULAR art magazine
Desde PHBK nuestro más sincero agradecimiento por la implicación en esta iniciativa solidaria.
Presentación de Pierre Gonnord en PHBK2 realizada por Eduardo Pérez.
Entrevista realizada por SINGULAR art magazine
Desde PHBK nuestro más sincero agradecimiento por la implicación en esta iniciativa solidaria.
Pierre Gonnord, artista de origen francés afincado en España desde 1988, imparte el jueves 21 de marzo a las 19.00h en la sala polivalente del CAAM, la conferencia “A prueba de retratos” dentro de la segunda edición de la iniciativa fotográfica solidaria “Photobrik”.
Bajo el epígrafe “Disecciones entorno al retrato fotográfico”, esta iniciativa genera el debate fotográfico a través de charlas participativas, a la vez que promueve la solidaridad mediante la entrega de tetrabriks de leche por parte del público asistente que serán donados con posterioridad al Banco de Alimentos de la provincia de Las Palmas.
Considerado uno de los mayores exponentes del retrato fotográfico contemporáneo a nivel internacional, Pierre Gonnord, entiende su trabajo fotográfico desde un punto de vista ético, como un acto de compromiso ante la situación actual de la sociedad. Su interés por el rostro humano hace que sea considerado un escrutador de almas, un explorador solitario y silencioso que a través de un proceso ritual con el «otro» nos invita a enfrentarnos con nosotros mismos, buscando en todo momento, » la belleza de la fuerza moral, …la belleza del tiempo, de lo esencial» según sus palabras.
Retratos que surgen a partir de su búsqueda de encuentros vitales, en territorios determinados, no limitándose a un colectivo social concreto, a un género o edad específico, sino que su búsqueda va más allá de la superficialidad y el hieratismo de una pose, del silencio de un determinado rostro. Gitanos, ciegos, pandas urbanas, monjes, yakuzas, geishas, vagabundos, mineros, minorías étnicas marginadas u automarginadas, nos hacen atravesar sus miradas, con una sola idea, la de hacernos ser conscientes y partícipes de su existencia, testigos de su tiempo y de un contexto social determinado.
«Elijo a mis contemporáneos en el anonimato de las grandes urbes, porque su rostro narra, bajo la piel, historias singulares e insólitas sobre nuestra época. Historias de coraje e indudable dignidad. Los acontecimientos de las últimas décadas en Occidente: las migraciones, el éxodo rural, las sucesivas crisis económicas, los desajustes sociales en plena globalización….Todo ello ha contribuido a modificar profundamente el tejido humano de nuestras ciudades» constata Pierre Gonnord. Un nómada que a su vez se siente un desplazado, igual que aquellos a los que retrata; y que actualmente ha optado por abandonar las grandes urbes, acercándose a esa otra periferia que es el entorno rural, donde los rostros se unen al paisaje.
Series como Interiors , City , Regards, Far East , Utópicos , Testigos, Terre de personnne y Territoires, realizada esta última entre Venezia, Nazaré y Alabama, concentran ese peso en la mirada, desvelando en cada una ellas, la intimidad y densidad del retratado, su carisma, su fuerza moral, que es realmente lo que nos intimida y nos hace contemplar esos rostros, sin permitirnos bajar la mirada.Pues indudablemente establecemos un diálogo silencioso, donde se nos desvelan historias de vida que muchas veces trascienden y que irremediablemente se traducen en la esencia atemporal de toda humanidad.
Su obra ha sido expuesta en los principales museo, galerías y centros de arte de Europa y Estados Unidos destacando la Maison Européenne de la Photographie ,Museo Nacional Centro de Arte “Reina Sofía” Madrid ,“Rencontres de Photographiques (Arles/Francia , Museum of Contemporary Art Chicago. En 2003 fue becario del programa “Villa Kujoyama” en Kioto, Japón, por la AFAA (Association Française d’Action Artistique/Ministère des Affaires Étrangères). En 2005 expone “Pierre Gonnord. Ouvres 1999-2005” en la Maison Europeénne de la Photographie, Paris, y «Utópicos» en la Abadía de Neumunster, Luxemburgo. A lo largo de los años a expuesto en la Feria Arco, en el stand de la Galería Juana de Aizpuru, así como en ParisPhoto . El Espace Culturel ING lo acoge en 2008 con la exposición » Portrait & Paisaje du XXie siécle». En el año 2009 destacamos la itinerancia de «25 Fotógrafos Españoles» en Sternengen Museum, en la ciudad de Oslo, y durante el año 2009, participa en el stand de la Galería Juana de Aizpuru en ArtBassel, destacando su exposición «Terre de Personne» en la Sala Alcalá, 31 Madrid.Durante el año 2010 destacamos «No singing Allowed Flamenco & Photography» Anster Yard Gallery, Instituto Cervantes, New York.Expone a su vez «Venice in Peril» Isla de San Giorgio Maggiore, Officina dell´Arte Spirituale. Monasterio de San Giorgio Abbazzia. Venecia, Italia. En 2011 destacamos «Relatos» Hasted kraeutler gallery. Nueva York, durante el año pasado ha expuesto «Territories» en la Galería Juana de Aizpuru, Madrid y «Portraying the south» SCAD Atlanta USA.
Francisco R. Pastoriza
El retrato fue una de las primeras manifestaciones de la fotografía. En el siglo XIX, la burguesía encontró en el retrato fotográfico la alternativa al aristocrático retrato pictórico, del que heredó la composición, las poses y la retórica. La clase social en alza había encontrado en el nuevo invento el mejor medio de autorrepresentación, en conformidad con sus condiciones económicas e ideológicas. El hecho de que las fotografías estuvieran hechas por una máquina las convertía en algo distinto al resto de las formas de representación existentes hasta entonces y las dotaba de un cierto respeto para la clase burguesa, a la que le vino bien un arte que contribuía a su ritualidad social y a la vanidad autocomplaciente. Los primeros retratos fotográficos eran deudores de la tradición artística consolidada por los grandes maestros de la pintura. Incluso para hacerse un retrato, durante los primeros años, los modelos tenían que posar inmóviles durante bastante tiempo. Cuando se redujo a unos pocos minutos el tiempo de exposición, proliferaron los estudios fotográficos a los que la gente acudía a hacerse retratos, así como los fotógrafos ambulantes, ante cuyas cámaras se dejaban retratar todo tipo de personas por un precio asequible.
El realismo impecable de la fotografía fascinaba a observadores y clientes. Retratistas como Gaspar Félix de Tournachon, Nadar, aficionado al arte y conocedor de las corrientes pictóricas europeas, o David Octavius Hill y Gustave Le Gray, artistas ellos mismos, realizaron grandes retratos fotográficos de personajes de la época, tratando ya de introducir una cierta mirada psicológica, objetivo perseguido por los retratistas desde los primeros años. Disdéri industrializó el género con su invento de tarjetas de visita fotográficas, abaratando el producto y proporcionando hasta ocho copias de una misma imagen fotográfica. Y a finales de la década de los ochenta del siglo XIX, un retratista comercial francés conocido como Dornac inició con la serie “Nuestros contemporáneos en su hogar” un movimiento que, emulando a los grandes clásicos de la pintura, convirtió el retrato de los personajes célebres en un arte muy extendido.
El retrato fotográfico constituyó también la gran oportunidad para conservar el imaginario colectivo de toda una sociedad: uno de los géneros más frecuentes fue el retrato laboral en el que el modelo representaba también su oficio con sus herramientas de trabajo. A veces el exceso de realismo incluso resultaba desagradable a ciertas personas, de manera que se impusieron las técnicas del retoque y el coloreado a mano. El valor cultural de la imagen encontró uno de sus mejores argumentos en la fidelidad al recuerdo de los seres queridos: el retrato como refugio del recuerdo. Así, una de las actitudes que se puso de moda entonces fue la de fotografiar a los difuntos en su lecho de muerte e incluso en el ataúd (Mahler compuso las “Canciones a los niños muertos” inspirado en esta realidad), para mantener su imagen para la posteridad. También, cuando el fallecido no había tenido la oportunidad de haberse retratado junto a su familia o sus amigos, era frecuente que se hicieran retratar mostrando un retrato del ausente (“Mujer sentada con daguerrotipo”). Esta voluntad de mantener a los seres queridos en el recuerdo a través de una imagen de realidad promovió de manera importante el desarrollo de la fotografía en sus primeros años (las películas “Los otros” de Alejandro Amenábar y la reciente “Blancanieves” de Pablo Berger recogen esta costumbre).
Por todo ello, al principio fue el retrato el género que tuvo más aplicación, constituido como referente de la nueva clase social en alza. Para ilustrar esta mentalidad, Marshall MacLuhan cuenta una anécdota, recogida por Umberto Eco y Romá Gubern, de la señora que pasea a su bebé en el cochecito y se encuentra con una amiga que alaba la belleza del niño. La madre responde entonces que tendría que verlo en una fotografía que le han hecho: ahí sí que se le veía guapo.
Actualmente el retrato es uno de los géneros más presentes en todas las modalidades fotográficas, desde el fotoperiodismo a la fotografía social, artística o publicitaria. Nombres como Richard Avedon, Annie Leobovitz, Arnold Newman o Cecil Beaton han elevado la calidad del retrato fotográfico a tales niveles de perfección que sus obras pueden ser calificadas como artísticas, además de, en su caso, informativas o testimoniales. Uno de los más grandes retratistas contemporáneos es Pierre Gonnord, del que acaba de editarse un libro (Pierre Gonnord. La Fábrica) que recoge algunas de sus mejores fotografías.
LOS RETRATOS DE PIERRE GONNORD
Nacido en Francia (Cholet, 1963), Pierre Gonnord adoptó Madrid como su ciudad de residencia y de trabajo hace casi veinticinco años. Desde sus comienzos como fotógrafo autodidacta centró su atención en el rostro humano, que retrató incansablemente a lo largo de todo el mundo y cuyos resultados colgó en importantes museos y galerías de Europa y Estados Unidos. Sus retratos captan el físico de los personajes que posan ante el objetivo de sus cámaras con un realismo que a veces resulta estremecedor, pero también intentan llegar hasta su psicología a través de la mirada de sus modelos, una mirada que en sus fotografías alcanza un protagonismo insólito. Su carrera ha mantenido una evolución constante desde sus primeras series “Interiores (1999), “City” (2001), “Regards” (2000-2003), “Far East” (2003) hasta “Utópicos” (2004-2005) o “Testigos”, en las que recoge personajes marginados por la sociedad, los conflictos o las diferencias étnicas, víctimas de injusticias, de guerras, del hambre y de la violencia, injusticias cuya denuncia tan sólo se expresa a través de los rostros de los protagonistas. Y de sus miradas. Este estatus resulta reforzado por el tratamiento estético que Gonnord aplica a sus obras: fondos negros de los que emergen rostros curtidos por el tiempo y por la vida que obligan a concentrar los sentidos del espectador en los sentimientos humanos que transmiten.
Títulos que recogen únicamente el nombre de pila de los retratados. Figuras que a veces parecen extraídas de un cuadro de la Edad Media o del Renacimiento. Rasgos que el espectador puede leer e interpretar intercambiando su mirada con la del protagonista del retrato. Los rostros de Gonnord cuentan las vidas de sus modelos. Uno se imagina fácilmente la historia que hay detrás de cada una de esas miradas, de esa piel curtida por los años, por el viento y por el sol. La cámara de Gonnord le pone identidad a todos esos seres anónimos que a través de su cámara transmiten un drama idéntico desde todos los continentes.
Francisco R. Pastoriza
Francisco R. Pastoriza, es Doctor en Ciencias de la Información y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado como redactor de informativos y programas en diversas cadenas de radio y varios periódicos. Desde 1984 es periodista de Televisión Española y desde 1997 es adjunto de la jefatura del Área de Cultura de los servicios informativos de la cadena pública.
Libro de autor
Pierre Gonnord
Especulaciones y teorías sobre otros.
Se trata de un proyecto personal que desarrollo en mi estancia en Milán. Hay un mercado de antigüedades que suelo frecuentar una vez al mes. Voy allí y me dispongo a sacar fotografías, como ya he estado antes sacando fotografiando de los objetos allí a la venta, esta vez me intereso por los paseantes. En esta deriva descubro que al fotografiar la gente me esquiva, agacha la cabeza, existe desconfianza ante el desconocido que va a poseer su imagen. . .
En el mismo trascurrir del proyecto se van configurando algunas de sus claves. Mi imaginario sobre la gente de Milán es corto no tengo tanto conocimiento visual como sobre canarias, pero intento hacer un esfuerzo por reconocer y clasificar.
Se toman las fotografías y después en la mesa de trabajo se realiza y repiensa la conceptualización del mismo.
Intento pasar desapercibida con la cámara uso espejos de un mercadillo callejero a modo camuflaje para que el retratado no sea consciente. (Tras notar que todo el mundo se aparta al ver la cámara).
El proyecto finalmente es formalizado en un libro, un cuadernillo que recoge pequeños textos especulativos sobre los sujetos retratados.
Especulaciones y teorías sobre otros
Versus
“Ante la cuestión de acotar o definir conceptos como territorio o paisaje, así como de la dificultad para percibirlos o localizarlos, se plantea como método de investigación una descripción de estos a través del sujeto, observando si la sola imagen del habitante es capaz de generar relatos sobre las mencionadas problemáticas. Ésta es una aproximación poco habitual ya que son ámbitos habitualmente analizados desde un punto de vista geográfico, social, estadístico… “
La sutil relación que se crea en lo que vemos y la rápida comprensión de estos estímulos se convierten de alguna manera en certezas más eficaces que cualquier ensayo que intente acotar lo identitario, así como cualquier estudio basado en muestreos numéricos. Es decir las relaciones entre individuos crearan un panorama más factible que cualquier estadística que intente delimitar o describir un territorio.
Una investigación visual de Esther Arocha y M.Laura Benavente Sovieri
Taxonomía especulativa se describe como un proyecto de investigación dentro de las artes visuales, que partiendo del concepto de inventario trata de acumular a través de la fotografía tantos individuos de Tenerife como sea posible. La metodología planteada consiste en trasladar un plató fotográfico a una localización concreta, invitando a los habitantes de dicha zona a participar de un retrato colectivo, una representación del territorio a través del individuo. Un muestrario de retratos que plantea la relación entre la imagen individual y la colectiva, identificando el territorio como un paisaje aleatorio lleno de singularidades. Asilando al individuo de su entorno, se coloca al sujeto sobre un fondo neutro y aséptico, debe ser el mismo habitante el que genere su propio “background”. El banco de imágenes generado por dichas salidas de campo funciona por acumulación, así como por contraste.
El documento fotográfico se convierte en un retrato global, del mismo modo que las imágenes contribuyen a la creación y legitimación de los valores culturales, explorando la dimensión visual como constructora de identidad, al vez que se pone de manifiesto lo esquivo de la fotografía en su función de documento. Proponemos nuevas formas de lectura para este inventario antropológico, ampliando la definición de territorio y habitante, al sacar de contexto se señala al paisaje en el habitar.
En un momento en que cada vez se desdibuja más lo local, donde todo tiende a estandarizarse, consideramos necesario observar con detenimiento como se desdibujan los márgenes de estos cánones culturales. Sustituir los indicadores sociales basados en datos numéricos por un aproximamiento descriptivo, visual, que expone la superficie, la piel de los retratados.
Informe de la investigación
Formulación del problema
¿Qué territorio? ¿Qué sociedad?
Ante la cuestión de acotar o definir conceptos como territorio o paisaje, así como de la dificultad para percibirlos o localizarlos, se plantea como método de investigación una descripción de estos a través del sujeto, observando si la sola imagen del habitante es capaz de generar relatos sobre las mencionadas problemáticas. Esta es una aproximación poco habitual ya que son ámbitos habitualmente analizados desde un punto de vista geográfico, social, estadístico…
De esta manera, se propone la imagen como elemento capaz de relevar o complementar a estos indicadores; en definitiva la imagen fotográfica será el medio de disolución en la dicotomía individuo-territorio.
Los objetivos de la investigación son exploratorios y descriptivos.
Aportaciones previas y marco conceptual
Fotografiar, acumular, entender:
Las sociedades democráticas avanzadas se mueven bajo la lógica de la estandarización, aún así, las prácticas sociales son constantemente reformuladas; Es por ello que podemos realizar lecturas a través de los individuos que nos muestran cómo su aspecto es definitorio de una cultura y un momento concreto, mostrando también de qué manera viven y se desenvuelven en un contexto socio-histórico determinado.
Los patrones e imágenes que se obtienen en este proyecto crean un panorama donde los sujetos van estableciendo un paisaje propio. Esta información visual comienza a relacionarse entre sí, poniendo en contraste unos sujetos con otros. Al tiempo que se va configurando, se describe un espectro de sociedad ubicado en un tiempo y lugar concretos.
Al enfrentar el mapa de sujetos e interrelaciones visuales se intuye la idea de colectivo, es decir, «de un nosotros», satisfaciendo la necesidad de reconocimiento en los otros. El imaginario funciona como espacio de construcción de la identidad de un colectivo; este imaginario de los modos de vida actuales, donde la apariencia y la imagen se confunden con el ser, dejando paso a una representación de la colectividad que deriva en identidades fotografiables, por tanto definibles, significantes.
Aunque tratada desde la perspectiva del documento, la fotografía no puede huir de su dimensión visual. El sujeto y su representación se convierten en un potente comunicador. En este caso la imagen viene inevitablemente vinculada con la estética retratista que posee una larga tradición en la fotografía. Además, este tipo de imagen poseen un marco formal y conceptual con antecedentes en proyectos fotográficos como 26
“Rostros de nuestro tiempo” o “Hombres de nuestro tiempo” de August Sander, un vasto catálogo de retratos tomados a lo largo de numerosos años que constituyen el testimonio de una época.
Taxonomía especulativa trata de vincularse con esa tradición sin tener que fotografiar el contexto de los retratados, sin dar pistas sobre su procedencia, descontextualizando al sujeto, suprimiendo su fondo; aunque existe una pretensión de que estas imágenes sean descriptoras de este marco ausente. Por otra parte, al reunir y vincular la suma de todos los retratos se enlaza con investigaciones como la realizada por Hilla y Bernd Becher. Esta fotografía se centra en recalcar tipologías y da importancia a la pertenencia a un conjunto de imágenes, evidenciando así la función de una imagen dentro de un grupo, uniendo conceptos de archivo fotográfico e inventariado a través de la imagen.
Aunque se retrate al individuo, el proyecto hace alusión a la colectividad en su formalización, considerando que en la suma de los retratos y en la relación entre los mismos es donde se ubica la verdadera dimensión de estos. Se asume la imagen como descriptora de géneros humanos, como constructora y catalogadora de arquetipos y tipos. Tipos que hablan tanto de generalidad como de especificidad, de pluralidad e individualidad simultáneamente.
Estrategias de la investigación y preparación de los recursos
El proyecto requiere del uso de material de estudio fotográfico en exteriores, lo que conlleva una serie de requisitos técnicos y formales en formato de rápido montaje-desmontaje y de fácil traslado (El estudio portátil consta de una carpa plegable con paredes de loneta, dos campanas difusoras, cinco trípodes, un portafondo portátil con un rollo de fondo blanco, dos flashes de estudio de 500w de potencia, una alfombra y una cámara).
Cuando se cumplen estos requisitos se llevan a cabo las tareas de represa fotográfica en el estudio portátil. Se realizan con una iluminación que se ajusta a un esquema preestablecido y que ha sido previamente diseñado y probado en un estudio de interior. Es fundamental para preparar el aspecto formal una iluminación adecuada a la finalidad de los documentos generados: una luz uniforme, global y neutra que confiere el aspecto propicio para el objetivo de las imágenes.
Todos los aspectos técnicos de la investigación han sido predeterminados al comienzo del estudio y se mantienen durante todo el trabajo de represa fotográfica.
Las situaciones donde se emplaza el estudio y la cantidad de salidas de campo se define en gran parte por los trámites burocráticos, una selección natural que viene determinada por la tramitación y concesión o denegación de los permisos requeridos en cada zona (aunque en un inicio se plantea un mapa radial, siendo Santa Cruz la zona cero y se aumentaba la superficie de análisis en círculos concéntricos). A la hora de realizar las solicitudes prima el área, intentando abarcar la mayor superficie posible de la isla (se envían solicitudes a Santa Cruz, La Laguna, Tegueste, Puerto de la Cruz, La Orotava, Icod de los Vinos, Candelaria, Güimar y Granadilla…). No se discrimina entre instituciones públicas o privadas y prevalecen las solicitudes enfocadas a lugares con alta afluencia de transeúntes. 28
Técnicas de recopilación de datos
Fase exploratoria
El diseño metodológico para la obtención de los datos consiste en abarcar al mayor número posible de sujetos: no se rechaza ninguna de las fotografías obtenidas, no hay selección ni de sujetos, ni descartes en el banco de imágenes. No hay ninguna intervención subjetiva.
Los sujetos que participan del proyecto son fotografiados de frente, de tres cuartos y de perfil, en un plano fotográfico de tres cuartos o plano americano.
Todo aquel que accedió a ser fotografiado formó parte del proyecto automáticamente, la técnica de obtención de datos y su discriminación es, por tanto, mediante la observación de los documentos generados a posteriori. El proyecto se desarrolla a pie de calle, en un trabajo de campo que requiere del trato directo con los sujetos susceptibles de ser retratados, que son informados in situ de que su imagen será tomada en consideración para un análisis del territorio a través del individuo.
Las primeras convocatorias se realizan con llamamientos a la participación mediante redes sociales. Las siguientes se realizan zonas públicas al aire libre de diferentes localidades, donde el viandante se encuentra sin previo aviso con el proyecto. En estos casos hay un acercamiento a los individuos que rondan las inmediaciones del estudio portátil, explicando brevemente el objetivo de dicha investigación e invitando a participar de la misma, obteniendo todo tipo de reacciones, que abarcan diferentes niveles de implicación.
Se perciben muy diferentes reacciones antes la idea de ser fotografiado, así como a que su imagen forme parte de un retrato colectivo, o de estar expuesto junto a otros retratos. Es remarcable la tendencia generalizada a un tipo de reacción dependiendo de la zona donde se realiza la recopilación de imágenes, así como patrones de comportamiento similares dependiendo del rango de edad o “clase”.
Trabajo de Gabinete
Una vez dada por finalizada la fase de represa, aunque comprendiendo que este es extensible tanto como se desee ampliar el proyecto, se organizan una serie evaluaciones de las muestras obtenidas. En una primera fase, se analizan sujetos destacados por encajar en tipologías reconocibles. Manejando la colección de imágenes se sistematiza y organiza creando relaciones entre algunos de los retratados.
Se valora la función del retrato colectivo y se extraen de él ciertos sujetos que, poniéndose en relación con otros, generan una narración más amplia y acentúa el simbolismo de su imagen. Se parte de la imagen como descriptora de géneros humanos, como constructora de arquetipos y tipos de acuerdo a normas culturales. Se trata entonces de poner en consideración algunas tipologías en relación con otras por contraste o similitud, por relación formal o conceptual tratando de maximizar el contendido significante de su propia imagen social y cultural.
Concretamente, se hace alusión al imaginario en torno al turista y al sujeto que mejor representaría lo “local”. Esta característica del sujeto como representante de lo local, en el territorio de Tenerife, se manifiesta por características diversas, uniéndose en varios casos los rasgos físicos y morfológicos con la indumentaria del fotografiado. Se emparentan también sujetos sin similitudes en sus rasgos físicos pero relacionables por su atuendo, señalando así la importancia de la representación del sujeto en relación con su vestimenta. También se hayan relaciones de empatía, señalando características psicológicas del retratado, como su actitud corporal frente a la cámara, encontrando aquí nexos intergeneracionales que también se destacan como significativos, lo que refuta ciertas preconcepciones por las que se suelen adjudicar algunos comportamientos a determinados rangos de edad.
Derivas de la ausencia
(No sabe / No contesta)
El estudio está sujeto a múltiples limitaciones que se asumen como parte misma del retrato colectivo.
En el hipotético ejercicio de fotografiar a toda la población; desde que el retrato comienza hasta que finaliza, se incorporan nuevos sujetos, nuevos nacimiento y habitantes, así como otros tantos se desplazan, dejan de habitar el espacio estudiado o fallecen. Se pone de manifiesto es lo esquivo del momento presente que se pretende retratar y la inevitable intervención del azar.
En el terreno de lo real y durante la fase de represa fotográfica también existe el caso de sujetos que no desean ser retratados, dando lugar a una pregunta sin respuesta; se puede interpretar esa negativa como un equivalente al extendido “no sabe, no contesta”, más propio de estudios estadísticos. Un ángulo ciego, que no por no estar fotografiado deja de significar en la representación global. Estas ausencias son tan significativas como las presencias.
Se trata entonces de tomar una muestra, de extraer con un gotero una parte que pueda funcionar como sección representativa del resto. Cuanto más amplia sea esta muestra mayor será la calidad del banco de imágenes, ampliando así el espectro reflexivo.
Conclusiones
276 imágenes-sujeto conforman el panorama de Taxonomía. Un inventario que funciona como muestra, tanto como diorama, dando paso a un sujeto que se configura como entorno, es decir, como paisaje de su propio territorio.
El territorio se modifica y reconfigura, de igual manera que los habitantes del mismo se transformaran para terminar de identificarse y enmarcarse en él. Una sociedad es una organización de significaciones concretas y particulares, directamente influidas por su contexto, pero no solamente como efecto de éste, sino también como parte formal del paisaje mismo. Taxonomía especulativa pretende que el territorio funcione de manera autoreferenciante, extendiendo una retícula de sujetos explorando la dimensión visual del individuo como parte del paisaje. Entendido como aquello que forma parte en nuestro campo visual al observar un territorio, el paisaje no solo hace referencia a la geografía, sino también al entorno social como configurador de este.
Finalmente el proyecto consigue disponer coordenadas socio-culturales mediante el inventariado de los habitantes de las localidades exploradas. Dando pistas de los sujetos y sus modos de vida, poniendo en relación las identidades, tipos y singularidades del individuo. Acumular una cantidad significativa de retratos demuestra explorar y representar un área definida mediante su población, como un ejercicio revelador en la compresión de un territorio.
Mª Laura Benavente Sovieri
Catálogo: Taxonomía Especulativa