Una investigación visual de Esther Arocha y M.Laura Benavente Sovieri
Taxonomía especulativa se describe como un proyecto de investigación dentro de las artes visuales, que partiendo del concepto de inventario trata de acumular a través de la fotografía tantos individuos de Tenerife como sea posible. La metodología planteada consiste en trasladar un plató fotográfico a una localización concreta, invitando a los habitantes de dicha zona a participar de un retrato colectivo, una representación del territorio a través del individuo. Un muestrario de retratos que plantea la relación entre la imagen individual y la colectiva, identificando el territorio como un paisaje aleatorio lleno de singularidades. Asilando al individuo de su entorno, se coloca al sujeto sobre un fondo neutro y aséptico, debe ser el mismo habitante el que genere su propio “background”. El banco de imágenes generado por dichas salidas de campo funciona por acumulación, así como por contraste.
El documento fotográfico se convierte en un retrato global, del mismo modo que las imágenes contribuyen a la creación y legitimación de los valores culturales, explorando la dimensión visual como constructora de identidad, al vez que se pone de manifiesto lo esquivo de la fotografía en su función de documento. Proponemos nuevas formas de lectura para este inventario antropológico, ampliando la definición de territorio y habitante, al sacar de contexto se señala al paisaje en el habitar.
En un momento en que cada vez se desdibuja más lo local, donde todo tiende a estandarizarse, consideramos necesario observar con detenimiento como se desdibujan los márgenes de estos cánones culturales. Sustituir los indicadores sociales basados en datos numéricos por un aproximamiento descriptivo, visual, que expone la superficie, la piel de los retratados.
Informe de la investigación
Formulación del problema
¿Qué territorio? ¿Qué sociedad?
Ante la cuestión de acotar o definir conceptos como territorio o paisaje, así como de la dificultad para percibirlos o localizarlos, se plantea como método de investigación una descripción de estos a través del sujeto, observando si la sola imagen del habitante es capaz de generar relatos sobre las mencionadas problemáticas. Esta es una aproximación poco habitual ya que son ámbitos habitualmente analizados desde un punto de vista geográfico, social, estadístico…
De esta manera, se propone la imagen como elemento capaz de relevar o complementar a estos indicadores; en definitiva la imagen fotográfica será el medio de disolución en la dicotomía individuo-territorio.
Los objetivos de la investigación son exploratorios y descriptivos.
Aportaciones previas y marco conceptual
Fotografiar, acumular, entender:
Las sociedades democráticas avanzadas se mueven bajo la lógica de la estandarización, aún así, las prácticas sociales son constantemente reformuladas; Es por ello que podemos realizar lecturas a través de los individuos que nos muestran cómo su aspecto es definitorio de una cultura y un momento concreto, mostrando también de qué manera viven y se desenvuelven en un contexto socio-histórico determinado.
Los patrones e imágenes que se obtienen en este proyecto crean un panorama donde los sujetos van estableciendo un paisaje propio. Esta información visual comienza a relacionarse entre sí, poniendo en contraste unos sujetos con otros. Al tiempo que se va configurando, se describe un espectro de sociedad ubicado en un tiempo y lugar concretos.
Al enfrentar el mapa de sujetos e interrelaciones visuales se intuye la idea de colectivo, es decir, «de un nosotros», satisfaciendo la necesidad de reconocimiento en los otros. El imaginario funciona como espacio de construcción de la identidad de un colectivo; este imaginario de los modos de vida actuales, donde la apariencia y la imagen se confunden con el ser, dejando paso a una representación de la colectividad que deriva en identidades fotografiables, por tanto definibles, significantes.
Aunque tratada desde la perspectiva del documento, la fotografía no puede huir de su dimensión visual. El sujeto y su representación se convierten en un potente comunicador. En este caso la imagen viene inevitablemente vinculada con la estética retratista que posee una larga tradición en la fotografía. Además, este tipo de imagen poseen un marco formal y conceptual con antecedentes en proyectos fotográficos como 26
“Rostros de nuestro tiempo” o “Hombres de nuestro tiempo” de August Sander, un vasto catálogo de retratos tomados a lo largo de numerosos años que constituyen el testimonio de una época.
Taxonomía especulativa trata de vincularse con esa tradición sin tener que fotografiar el contexto de los retratados, sin dar pistas sobre su procedencia, descontextualizando al sujeto, suprimiendo su fondo; aunque existe una pretensión de que estas imágenes sean descriptoras de este marco ausente. Por otra parte, al reunir y vincular la suma de todos los retratos se enlaza con investigaciones como la realizada por Hilla y Bernd Becher. Esta fotografía se centra en recalcar tipologías y da importancia a la pertenencia a un conjunto de imágenes, evidenciando así la función de una imagen dentro de un grupo, uniendo conceptos de archivo fotográfico e inventariado a través de la imagen.
Aunque se retrate al individuo, el proyecto hace alusión a la colectividad en su formalización, considerando que en la suma de los retratos y en la relación entre los mismos es donde se ubica la verdadera dimensión de estos. Se asume la imagen como descriptora de géneros humanos, como constructora y catalogadora de arquetipos y tipos. Tipos que hablan tanto de generalidad como de especificidad, de pluralidad e individualidad simultáneamente.
Estrategias de la investigación y preparación de los recursos
El proyecto requiere del uso de material de estudio fotográfico en exteriores, lo que conlleva una serie de requisitos técnicos y formales en formato de rápido montaje-desmontaje y de fácil traslado (El estudio portátil consta de una carpa plegable con paredes de loneta, dos campanas difusoras, cinco trípodes, un portafondo portátil con un rollo de fondo blanco, dos flashes de estudio de 500w de potencia, una alfombra y una cámara).
Cuando se cumplen estos requisitos se llevan a cabo las tareas de represa fotográfica en el estudio portátil. Se realizan con una iluminación que se ajusta a un esquema preestablecido y que ha sido previamente diseñado y probado en un estudio de interior. Es fundamental para preparar el aspecto formal una iluminación adecuada a la finalidad de los documentos generados: una luz uniforme, global y neutra que confiere el aspecto propicio para el objetivo de las imágenes.
Todos los aspectos técnicos de la investigación han sido predeterminados al comienzo del estudio y se mantienen durante todo el trabajo de represa fotográfica.
Las situaciones donde se emplaza el estudio y la cantidad de salidas de campo se define en gran parte por los trámites burocráticos, una selección natural que viene determinada por la tramitación y concesión o denegación de los permisos requeridos en cada zona (aunque en un inicio se plantea un mapa radial, siendo Santa Cruz la zona cero y se aumentaba la superficie de análisis en círculos concéntricos). A la hora de realizar las solicitudes prima el área, intentando abarcar la mayor superficie posible de la isla (se envían solicitudes a Santa Cruz, La Laguna, Tegueste, Puerto de la Cruz, La Orotava, Icod de los Vinos, Candelaria, Güimar y Granadilla…). No se discrimina entre instituciones públicas o privadas y prevalecen las solicitudes enfocadas a lugares con alta afluencia de transeúntes. 28
Técnicas de recopilación de datos
Fase exploratoria
El diseño metodológico para la obtención de los datos consiste en abarcar al mayor número posible de sujetos: no se rechaza ninguna de las fotografías obtenidas, no hay selección ni de sujetos, ni descartes en el banco de imágenes. No hay ninguna intervención subjetiva.
Los sujetos que participan del proyecto son fotografiados de frente, de tres cuartos y de perfil, en un plano fotográfico de tres cuartos o plano americano.
Todo aquel que accedió a ser fotografiado formó parte del proyecto automáticamente, la técnica de obtención de datos y su discriminación es, por tanto, mediante la observación de los documentos generados a posteriori. El proyecto se desarrolla a pie de calle, en un trabajo de campo que requiere del trato directo con los sujetos susceptibles de ser retratados, que son informados in situ de que su imagen será tomada en consideración para un análisis del territorio a través del individuo.
Las primeras convocatorias se realizan con llamamientos a la participación mediante redes sociales. Las siguientes se realizan zonas públicas al aire libre de diferentes localidades, donde el viandante se encuentra sin previo aviso con el proyecto. En estos casos hay un acercamiento a los individuos que rondan las inmediaciones del estudio portátil, explicando brevemente el objetivo de dicha investigación e invitando a participar de la misma, obteniendo todo tipo de reacciones, que abarcan diferentes niveles de implicación.
Se perciben muy diferentes reacciones antes la idea de ser fotografiado, así como a que su imagen forme parte de un retrato colectivo, o de estar expuesto junto a otros retratos. Es remarcable la tendencia generalizada a un tipo de reacción dependiendo de la zona donde se realiza la recopilación de imágenes, así como patrones de comportamiento similares dependiendo del rango de edad o “clase”.
Trabajo de Gabinete
Una vez dada por finalizada la fase de represa, aunque comprendiendo que este es extensible tanto como se desee ampliar el proyecto, se organizan una serie evaluaciones de las muestras obtenidas. En una primera fase, se analizan sujetos destacados por encajar en tipologías reconocibles. Manejando la colección de imágenes se sistematiza y organiza creando relaciones entre algunos de los retratados.
Se valora la función del retrato colectivo y se extraen de él ciertos sujetos que, poniéndose en relación con otros, generan una narración más amplia y acentúa el simbolismo de su imagen. Se parte de la imagen como descriptora de géneros humanos, como constructora de arquetipos y tipos de acuerdo a normas culturales. Se trata entonces de poner en consideración algunas tipologías en relación con otras por contraste o similitud, por relación formal o conceptual tratando de maximizar el contendido significante de su propia imagen social y cultural.
Concretamente, se hace alusión al imaginario en torno al turista y al sujeto que mejor representaría lo “local”. Esta característica del sujeto como representante de lo local, en el territorio de Tenerife, se manifiesta por características diversas, uniéndose en varios casos los rasgos físicos y morfológicos con la indumentaria del fotografiado. Se emparentan también sujetos sin similitudes en sus rasgos físicos pero relacionables por su atuendo, señalando así la importancia de la representación del sujeto en relación con su vestimenta. También se hayan relaciones de empatía, señalando características psicológicas del retratado, como su actitud corporal frente a la cámara, encontrando aquí nexos intergeneracionales que también se destacan como significativos, lo que refuta ciertas preconcepciones por las que se suelen adjudicar algunos comportamientos a determinados rangos de edad.
Derivas de la ausencia
(No sabe / No contesta)
El estudio está sujeto a múltiples limitaciones que se asumen como parte misma del retrato colectivo.
En el hipotético ejercicio de fotografiar a toda la población; desde que el retrato comienza hasta que finaliza, se incorporan nuevos sujetos, nuevos nacimiento y habitantes, así como otros tantos se desplazan, dejan de habitar el espacio estudiado o fallecen. Se pone de manifiesto es lo esquivo del momento presente que se pretende retratar y la inevitable intervención del azar.
En el terreno de lo real y durante la fase de represa fotográfica también existe el caso de sujetos que no desean ser retratados, dando lugar a una pregunta sin respuesta; se puede interpretar esa negativa como un equivalente al extendido “no sabe, no contesta”, más propio de estudios estadísticos. Un ángulo ciego, que no por no estar fotografiado deja de significar en la representación global. Estas ausencias son tan significativas como las presencias.
Se trata entonces de tomar una muestra, de extraer con un gotero una parte que pueda funcionar como sección representativa del resto. Cuanto más amplia sea esta muestra mayor será la calidad del banco de imágenes, ampliando así el espectro reflexivo.
Conclusiones
276 imágenes-sujeto conforman el panorama de Taxonomía. Un inventario que funciona como muestra, tanto como diorama, dando paso a un sujeto que se configura como entorno, es decir, como paisaje de su propio territorio.
El territorio se modifica y reconfigura, de igual manera que los habitantes del mismo se transformaran para terminar de identificarse y enmarcarse en él. Una sociedad es una organización de significaciones concretas y particulares, directamente influidas por su contexto, pero no solamente como efecto de éste, sino también como parte formal del paisaje mismo. Taxonomía especulativa pretende que el territorio funcione de manera autoreferenciante, extendiendo una retícula de sujetos explorando la dimensión visual del individuo como parte del paisaje. Entendido como aquello que forma parte en nuestro campo visual al observar un territorio, el paisaje no solo hace referencia a la geografía, sino también al entorno social como configurador de este.
Finalmente el proyecto consigue disponer coordenadas socio-culturales mediante el inventariado de los habitantes de las localidades exploradas. Dando pistas de los sujetos y sus modos de vida, poniendo en relación las identidades, tipos y singularidades del individuo. Acumular una cantidad significativa de retratos demuestra explorar y representar un área definida mediante su población, como un ejercicio revelador en la compresión de un territorio.
Mª Laura Benavente Sovieri
Catálogo: Taxonomía Especulativa